Es interesante saber que una vez se valoraron y se clasificaron algunos pacientes de COVID-19, se registró un porcentaje bajo en personas que utilizaban gafas.

Es por ello que se intentó buscar una relación con las cifras y así descubrir cual era la razón de este parámetro.

En Suizhou (China) se realizó un estudio que fue publicado por JAMA Ophthalmology en el que se corroboraba que las personas con gafas eran una minoría en los pacientes infectados.

Pero la razón de ello es que con los anteojos se suma una barrera de protección contra el virus.

Es sabido en la actualidad que este virus se transmite por medio de microgotas respiratorias. Éstas, además, pueden permanecer en múltiples superficies y al tocarlas las atraemos a nuestras manos.

En el caso de que las microgotas estén siendo expulsadas por una persona infectada en el momento de toser, los lentes actúan como barrera, por lo que no hay un contacto directo con nuestros ojos (mucosa viable para el contagio).

Al mismo tiempo, también nos protegen de nosotros mismos, ya que una vez hemos tocado alguna superficie contaminada podríamos tocar directamente nuestros ojos.

Es por esto que el estudio concluye que, aunque no utilices gafas, deberás evitar el contacto manos – ojos cuando te encuentres fuera de la seguridad de tu hogar. De esta manera disminuyes en un gran porcentaje el riesgo de contagio.

Nota: Es importante aclarar que el uso de la gafas NO ES GARANTÍA DE PROTECCION ante el COVID-19. Éstas, sencillamente, son una barrera adicional, al igual que utilizar la mascarilla.