Recientemente hemos escuchado sobre este concepto que puede ser un poco confuso, por lo que resulta necesario comprender a que se refiere realmente.

Este término refleja plenamente la esencia del concepto: La gestión de la vida significa precisamente tomar el control de los eventos de tu vida.

La gestión de la vida como un arte ha evolucionado a partir de un concepto bastante cercano de gestión del tiempo. Pero estos conceptos no deben confundirse, pues cada uno de ellos actúa de manera diferente en cuanto a los resultandos obtenidos y el nivel de satisfacción.

Para comprender estas diferencias, es necesario entender que existen ciertos estándares de llenado, que se entiende como un conjunto de cosas que deben hacerse. Por ejemplo:

Plantar un árbol, construir una casa y criar un hijo; o terminar la escuela, luego la universidad, encontrar un trabajo, formar una familia, sacar una hipoteca, entre otros.

Cuando los padres imponen las normas de realización, también se pueden entender, porque las personas mayores que están agotadas por las dificultades de la vida, se sentirán más cómodas si los hijos poseen un buen trabajo, se gradúan y se casan.

Pero cuando una persona acepta los estándares de llenado impuestos en su propia vida, sin pensar de ninguna manera si necesita tales cosas, entonces la insatisfacción, el rechazo de la realidad, la pereza y la falta de voluntad para hacer alguna actividad se hace presente.

Para evitar que esto suceda, necesitamos la gestión de la vida como una estrategia de vida y la gestión del tiempo como una herramienta de gestión de recursos para alcanzar las metas de la vida y cumplir los deseos.

La gestión de la vida es una estrategia

No tiene sentido administrar el tiempo para hacer cosas que no son necesarias para ti, sino para los demás (padres, jefe, esposa, esposo). Aunque es importante aclarar, que no se trata de ignorar tus responsabilidades laborales o domésticas.

Se trata de cómo dar forma a tus responsabilidades de tal manera que se acerquen más a tus metas y no se alejen aún más de ellas.

Por tanto, la administración de la vida es el arte de administrar tu propia vida, lo que hace posible tomar el control de la misma y disponer de ella a tu propia discreción, y no a la de otra persona.

En general, este es el camino hacia la satisfacción de los deseos, que puede planificarse con suficiente detalle y corregir los matices a tiempo, sin distraerse del objetivo general.