Son bastante conocidos los problemas para la salud que pueden ocasionar los desodorantes. Pero no es fácil simplemente dejar de utilizarlos, especialmente durante el caluroso verano, cuando el cuerpo suda mucho más de lo habitual.
Para poder llegar a concluir si realmente son peligrosos los desodorantes, debemos informarnos. Por lo tanto, primero, definamos cuál es la diferencia entre desodorante y antitranspirante, porque la mayoría de los consumidores aún confunden estos dos conceptos.
Diferencia entre desodorante y antitranspirante
Un desodorante es un producto cosmético que destruye las bacterias que habitan en nuestra piel, y así ayuda a eliminar el desagradable olor a sudor. Mientras que un antitranspirante es más bien un producto que bloquea los conductos de las glándulas sudoríparas para reducir la sudoración.
Repercusiones en la salud
Desde el punto de vista estético, un antitranspirante es mejor porque evita que sudes. ¿Pero a qué precio? El sudor es un líquido secretado por glándulas cutáneas específicas, el cual participa en la termorregulación.
Además, junto con el sudor, una persona secreta varias sustancias activas, incluidos compuestos de ácido sulfúrico, ácido láctico, urea, algunos aminoácidos y amoníaco.
La excreción del sudor es un proceso biológico natural y al someterlo a un bloqueo, provocamos un mal funcionamiento de las glándulas sudoríparas.
Sin embargo, el problema más grave es que las sustancias químicas que lo componen ingresan inmediatamente al torrente sanguíneo a través de la piel. Por supuesto, no todas las sustancias llegan al torrente sanguíneo, la absorción depende de las propiedades químicas y de las características del organismo.
Es interesante que numerosos análisis de sangre de personas que usan tales cosméticos han confirmado la presencia de componentes peligrosos en ellos. Muchos de ellos, como muestran los estudios, también son capaces de asentarse en las células grasas, de las cuales hay muchas en el área de la axila.
Los expertos están preocupados por el uso activo de desodorantes y antitranspirantes, pues, según ellos, los receptores hormonales también se ubican en la piel de las axilas, por lo que su contaminación con componentes químicos puede afectar la función reproductiva y conducir a un aumento del riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.
