La plasticidad cerebral es entendida como la capacidad que tiene el cerebro para adaptarse a las situaciones cambiantes.
Pero esta capacidad no solo se limita a modificarse para comprender los nuevos eventos, sino que permite crear nuevas conexiones neuronales que se reflejan en un aprendizaje constante y frecuente.
Hace un tiempo atrás se pensaba que con la edad, solo se perdía la capacidad de aprender. Pero diversos estudios han demostrado que el cerebro no solo tiene la capacidad de generar nuevas conexiones, sino que además puede crear nuevas neuronas en ciertos campos de acción; demostrando así su plasticidad.
Esto ha quedado demostrado en las situaciones donde el ser humano debe dominar nuevas habilidades con la finalidad de desarrollarse plenamente. Por tanto, se ha podido demostrar que el ser humano tiene la capacidad de aprender incluso hasta sus últimos días de vida. Sin embargo, para que esto se produzca de una forma adecuada, es necesario mantener los cuidados necesarios que permitan conservar una adecuada salud mental.
Prolongar la plasticidad cerebral
Algunos factores son determinantes para prolongar las funciones cerebrales y evitar que se pierdan ciertas conexiones con el paso de los años; ayudando a prevenir los problemas que comúnmente se relacionan con el envejecimiento cerebral como la demencia o el Alzhéimer.
Aunque es conveniente mencionar que por naturaleza algunas personas tienen capacidades más desarrolladas para recordar nombres o números de teléfono por ejemplo; pero ciertas acciones pueden contribuir a que se conserve una excelente salud cerebral con el paso del tiempo.
Lo principal es mantener el cerebro activo, por medio de actividades estimulantes como aprender un nuevo idioma o pasatiempos interactivos. También es importante mantener un propósito de vida activo, por lo que al momento de cerrar ciclos (como la jubilación por ejemplo), es necesario buscar nuevos intereses.
En este sentido, la vida social activa también juega un rol importante. Además, es necesario conservar un buen estado de salud en general, manteniendo un descanso adecuado, manejo correcto del estrés, actividad física frecuente y una adecuada alimentación, evitando las concentraciones de niveles altos de glucosa y colesterol.
