Niccolò Paganini ha pasado a la historia como uno de los mayores virtuosos de la historia con el violín.

Nacido en 1782 en Génova, su figura desgarbada contrastaba con su gran capacidad para hacer maravillas con este instrumento de cuerda. 

Se cuenta que podía tocar una pieza completa sobre la última cuerda o pasajes enteros empleando dos y tres cuerdas. 

Además, su agilidad y dominio era tal que en su época logró granjearse fama de estar endemoniado durante sus actuaciones.