Las cosquillas son un mecanismo de cohesión social entre amigos y compañeros, y favorecen las relaciones entre los miembros de una familia y sus amigos, según el científico Robert R. Provine de la Universidad de Maryland y autor del libro ‘La risa: una investigación biomédica’.

El conocido psiquiatra Donald Black estableció en 1984 que algunas zonas del cuerpo propensas a las cosquillas (el cuello y las costillas, por ejemplo) son zonas más vulnerables en combate, por lo que dedujo que las cosquillas que se hacen los niños también pueden ser una especie de fortalecimiento de los mecanismos de autodefensa.

La risa es una forma de comunicación, una manera de mostrar al otro que lo estamos entendiendo, y las cosquillas podrían estar también en el origen de la risa humana.

Al igual que la risa, las cosquillas ya pueden producirse durante los primeros meses de vida de un bebé.

La risa es un modo de conectar emocionalmente entre padres e hijos durante los años de desarrollo de estos últimos. Hacer cosquillas a un bebé para que se ría es algo común en todas las culturas.

Unos científicos italianos constataron en los años 80 que el pie derecho siente más cosquillas que el pie izquierdo.

La primera vez que se utilizó la risa enlatada en televisión fue en 1950 en The Hank McCune Show.

Aunque todavía a día de hoy se ignoran muchos de los fundamento neurológicos de la risa, ésta tiene un gran poder y es omnipresente.