La ideología política que tiene cada persona es más importante de lo que puede parecer, pues según un equipo formado por neurocientíficos de las universidades de Exter (Inglerra) y San Diego (EE.UU) ha revelado que tanto los conservadores como los demócratas emplean diferentes partes de su cerebro a la hora de tomar decisiones que conllevan riesgo.
Para ello observaron la actividad cerebral de varias personas mientras participaban en un juego de apuestas simples y constataron que los demócratas empleaban más la ínsula izquierda del cerebro (asociada a la relaciones sociales y la autoconsciencia), mientras que los republicanos empleaban la amígdala derecha (útil en las peleas o las huídas). Según las conclusiones del estudio, la afiliación a un partido puede crear un sesgo que altere el funcionamiento del cerebro, quedando incluso más condicionado por ello que por los factores genéticos.