1. Las primeras tortugas aparecieron en la Tierra hace aproximadamente 220 millones de años, pero desde entonces, una buena parte de ellas se han extinguido, por lo que hoy en día hay alrededor de 330 especies de estos animales. Es cierto que los científicos aún no pueden comprender exactamente cómo la evolución creó a las tortugas y de qué antepasados ​​provienen.

2. ¡Algunas tortugas pueden ser venenosas! Es cierto que, para sufrir su veneno, habría que comerlos, ya que no tienen glándulas venenosas y su mordedura no es peligrosa. Pero a veces se alimentan de hongos, plantas y pequeñas especies marinas que son venenosas para los humanos, por lo que su propia carne está saturada de este veneno y, en consecuencia, también se vuelve venenosa.

3. La tortuga más grande del mundo es la tortuga laúd. El individuo medido más grande tenía una masa de 916 kg, una longitud corporal de 2,6 metros y un tramo de aleta frontal de 2,5 metros. Esta especie pertenece a las tortugas marinas, y todos sus parientes terrestres son algo más modestos en tamaño. De los habitantes de la tierra, los más grandes son las tortugas elefante, que crecen hasta 1,8 metros y ganan una masa de más de 400 kg, teniendo en cuenta el caparazón.

4. Entre todos los vertebrados, son las tortugas las que tienen el récord absoluto de longevidad. Alcanzando entre 150 a 250 años.

5. No todas las tortugas tienen caparazones óseos. En algunas, el caparazón está formado por pequeñas placas óseas cubiertas de piel rugosa.

6. La tortuga más grande que jamás haya existido en nuestro planeta fue el archelon. Los restos fósiles de estos animales descubiertos por los paleontólogos muestran que podían pesar más de 2,2 toneladas y crecer hasta 4,6 metros, o incluso más.

7. El número de muchas especies de tortugas marinas sufrió mucho durante la flota de navegación. Hace 300-500 años, los marineros los cazaban activamente, pero no los mataron, sino que se los llevaron como comida enlatada viva, aprovechando el hecho de que estos reptiles pueden prescindir de la comida durante meses. Debido a esta caza activa, el número de muchas de sus especies ha disminuido decenas y cientos de veces a lo largo de los siglos.