Cada uno de nosotros experimenta la ira en algún momento de nuestra vida. Algunos psicólogos incluso argumentan que este es un proceso absolutamente normal y que no debe obstaculizarse. Pero, ¿qué pasa si los arrebatos de ira ocurren con demasiada frecuencia?

Nos enojamos todos los días, la única diferencia está en la intensidad y la frecuencia. Las causas más comunes son: decepción en ti mismo y en los demás, dolor, ansiedad, injusticia, críticas, amenazas.

Es por ello que hemos recopilado 5 acciones que debes tomar para controlar estos episodios.

1.  Reconoce que hay un problema

Si en una situación determinada te das cuenta de que te resulta difícil enfrentarte a ti mismo y a tu ira, al menos primero admite que tienes un problema. Sea honesto consigo mismo, porque en este estado, una persona no siempre piensa en lo que está sucediendo. Si admite que está enojado, ya tiene la oportunidad de influir en sus emociones y evitar consecuencias desagradables.

2.  identifica el estimulo

Es muy importante comprender dónde está la fuente de irritabilidad. Ya que, si conoces cuales son los factores que te motivan dichos episodios, entonces podrás controlarlos.

3.  Rompe el ciclo de la ira

Cuando se sienta enojado, pruebe las siguientes técnicas:

Grita mentalmente "¡Alto!"

Practica técnicas de relajación. Si no tiene tiempo, respire profundamente un par de veces.

Cuente hasta diez antes de contestar.

Reemplaza las emociones negativas por positivas.

Si es posible, sal a caminar. Distráete con lo que te encanta.

4.  Usa la empatía

Si la fuente de su enojo es otra persona, use la empatía para ver la situación a través de sus ojos. Sé objetivo. Todos cometemos errores, y si no lo admiten es solo porque tienen miedo de infringir su orgullo.

5. Usa el humor

Cuando una persona no se toma a sí misma demasiado en serio y sabe reírse de sí misma, no entrará en conflictos ni se enfadará sin ninguna razón en particular. La próxima vez que se sienta enojado, trate de exagerar la situación y hacerla absurda.