A día de hoy el mundo de los sueños sigue siendo un misterio para el ser humano, aunque la Ciencia sabe durante la etapa de sueño REM se activan los sistemas dopaminérgicos mesolímbico-corticales, los cuales están asociados con los deseos sexuales.

Al mismo tiempo disminuye la actividad de la corteza prefontral, la cual es la encargada de regular e inhibir los deseos libidinosos.

De ahí que en ocasiones los sueños puedan derivar en experiencias sexuales, aunque se desconocen los motivos exactos que pueden provocarlos.

Aún así, se cree que los mismos podrían ser una manifestación del deseo sexual inconsciente de la persona, especialmente si lleva bastante tiempo sin tener una actividad sexual.

No en vano, en el caso de los hombres también pueden venir provocados por largos períodos de abstinencia sexual, pues el cuerpo precisa expulsar el semen acumulado, lo que acaba dando lugar a las llamadas poluciones nocturnas.

De todas formas, se sabe que ambos sexos tienen porcentajes similares en lo que se refiere a los sueños eróticos, aunque las mujeres suelen mencionarlo en menos ocasiones.

Y de todos los sueños de carácter erótico se calcula que solo el 4% de los casos acaban en orgasmos, por lo que la gran mayoría de ellos se limitan a provocar erecciones en los hombres y una mayor lubricación vaginal en las féminas.